La población panameña también incluye un 12% de población indígena, de los siete grupos indígenas del país: Guna, Ngäbe, Emberá, Wounaan, Naso-Teribe, Buglé y Bri-bri. Aproximadamente, la mitad de ella vive en las comarcas indígenas. Adicionalmente, un 19% vive en la provincia de Bocas del Toro; un 17% vive en la provincia de Panamá; un 9%, en la provincia de Chiriquí; y un 4%, en la provincia de Darién.
Según el último censo de población (2010), la población panameña incluye aproximadamente un 10% afrodescendiente no distribuido homogéneamente a lo largo del país: aproximadamente el 60% se concentra en la provincia de Panamá y otro 20% en las provincias de Colón.
Según el índice de brecha de género global del World Economic Forum, Panamá ha logrado aproximadamente un 70% del camino hacia la equidad de género con una ligera mejora en los últimos años. A pesar de tener un alto índice de desarrollo humano, Panamá presenta una pérdida considerable al ser ajustado por desigualdad y la inequidad de género.
I. DIMENSIÓN SALUD
1- Expectativa de Vida
Las mujeres panameñas gozan de buena salud en términos de estándares internacionales y en comparación a sus pares masculinos. Su esperanza de vida al 2018 es de 81 años, comparado a 75 para los hombres. La ventaja de las mujeres sobre los hombres es un poco menor en las regiones indígenas que en las regiones no indígenas. Tanto la esperanza de vida como la ventaja de las mujeres sobre los hombres han ido aumentando en los últimos 12 años.
2- Enfermedades Infecciosas
Según información del Departamento de Epidemiología del MINSA, entre el 2001 y el 2012 se han presentado 7474 casos acumulados de VIH, de los cuales el 59.4% corresponde a hombres y el 40.6% a mujeres. Entre las afectadas, prevalecen las mujeres de entre 15 y 24 años (32.3%), seguidas por el grupo de edad entre 25 y 34 años (30.8%); por tanto, más del 60% de las mujeres afectadas se encuentran entre los 15 y los 34 años.
7474 casos de HIV presentados
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que, al igual que la malaria, no presenta alta prevalencia en el país y afecta a más hombres que a mujeres. Sin embargo, se observa que la tasa de mortalidad por tuberculosis es mucho más alta en las regiones indígenas que en las regiones no indígenas del país.
3- Salud sexual y salud reproductiva
Un insumo fundamental para las políticas públicas relativas a salud sexual y reproductiva es la información que recoge la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (ENASSER).
— La mortalidad materna es uno de los indicadores de salud más alarmantes en el país, aunque resulta inferior al promedio de América Latina y el Caribe. Las comarcas indígenas presentan constantemente tasas superiores al promedio nacional.
- Panamá ocupó el puesto 49 de 183 en el listado de países de acuerdo a la tasa de adolescentes de 15 a 19 años dando a luz, según el Informe de Desarrollo Humano del PNUD (2015).
- En el 2016, el porcentaje de adolescentes que dieron a luz fue el doble en las regiones indígenas que en las regiones no indígenas. De hecho, el porcentaje de la población adolescente que dio a luz en un determinado año disminuyó entre el 2006 y el 2016 en las regiones no indígenas del país, mientras que aumentó en las regiones indígenas, hasta alcanzar un 7.2% en las regiones indígenas, comparado a un 3.6% en las regiones no indígenas.
II. DIMENSIÓN ESTATUS SOCIAL
Del marco normativo que recoge los derechos de las mujeres y la igualdad de género, muy especialmente a partir de la década de los noventa, cabe destacar lo siguiente:
1. Uso del tiempo de las mujeres: carga de trabajo
El Instituto Nacional de la Mujer (INAMU), a través del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República, realizó en octubre del 2011 la Encuesta del Uso del Tiempo (EUT). Dicha Encuesta, y el estudio realizado por el Fondo de Población de Naciones Unidas, ONU Mujeres y el INAMU (2011), señalan que solo la mitad de las mujeres en Panamá realiza trabajo para el mercado, en comparación con el 76.6% de los hombres. En ese mismo sentido, el sondeo señala que las mujeres destinan 37 horas semanales en promedio al mercado laboral y los hombres 43.8 horas.
Con relación a las actividades de cuidados de niños, niñas y adolescentes, un 70.7% de mujeres y un 29.9% de hombres dedican tiempo a estas actividades. Así mismo, en el cuidado de enfermos y otros cuidados de personas de toda edad, las mujeres representan el 68.2% y los varones el 31.2%; en el cuidado de personas del hogar que requieren atención de manera continua, la participación de las mujeres es de 68.7% frente a un 31.2% de los hombres.
Horas semanales destinadas al mercado laboral
Relación actividades de cuidados de niños, niñas y adolescentes
Relación actividades cuidado de enfermos y otros cuidados de personas de toda edad
Relación actividades cuidado de personas del hogar que requieren atención de manera continua
2. Violencia de género
- Aproximadamente un 8% de las mujeres panameñas de entre 15 y 49 años han sufrido violencia por parte de la pareja íntima. De manera particular, las mujeres en las regiones indígenas y en la provincia de Bocas del Toro (una provincia con alto porcentaje de población indígena y afrodescendiente) sufren de violencia por parte de sus parejas considerablemente más que las mujeres en el resto del país.
Porcentaje de mujeres panameñas de entre 15 y 49 años que han sufrido violencia por parte de la pareja íntima
- Anualmente se registran entre 1000 y 1500 casos de sospecha de violencia intrafamiliar y maltrato al menor, de los cuales la gran mayoría de las víctimas son mujeres.
- Aproximadamente un 5% de las mujeres panameñas de entre 15 y 49 años reportan haber experimentado violencia sexual alguna vez, y el porcentaje es más alto en las regiones indígenas y en Bocas del Toro que en el resto del país.
Porcentaje de mujeres panameñas de entre 15 y 49 años reportan haber experimentado violencia sexual alguna vez
- En Panamá se registran alrededor de 45 femicidios por año, sin tendencia de cambio en los últimos ocho años.
3. Matrimonio temprano
En Panamá se presentan entre 500 y 800 casos de matrimonios tempranos (antes de los 19 años) anualmente. Esta situación afecta principalmente a las mujeres, quienes experimentan el matrimonio temprano cuatro veces más que los hombres.
III. DIMENSIÓN ESTATUS ECONÓMICO
1. Mujeres en la población económicamente activa
- La tasa de participación económica de las mujeres panameñas es considerablemente menor que la de los hombres, aunque se esboza un posible patrón de ligera disminución de esta brecha en los años más recientes.
- El desempleo afecta más a las mujeres que a los hombres, con una brecha que ha disminuido en los últimos doce años en alrededor de 3 puntos porcentuales.
- Las mujeres panameñas que no tienen ingresos propios duplican o el triplican el número de hombres. El 30% de las mujeres mayores de 15 años carecen de ingresos propios.
- La mayoría de las mujeres ocupadas se concentran en el sector servicios (una tendencia que disminuyó del 87% al 82%), con una minoría estable en la industria (alrededor de un 9%), y una minoría creciente en la agricultura (del 4% al 9%). Las mujeres son mayoría (alrededor de un 60%) entre profesionales, científicos y otros intelectuales.
- Algunas ocupaciones presentan una distribución bastante equitativa de hombres y mujeres: miembros del poder ejecutivo, técnicos y profesionales de nivel medio, trabajadores de servicios y vendedores de comercio. Estas áreas presentan una distribución que varía entre el 50 y el 55% de hombres en promedio en los últimos doce años.
Mujeres ocupadas en el sector servicios
Mujeres ocupadas en la industria
Mujeres ocupadas en la agricultura
Mujeres ocupadas entre profesionales, científicos y otros intelectuales
2. Brecha de ingresos laborales
- Existen diferencias de ingresos laborales entre hombres y mujeres: hay más mujeres en los rangos salariales más bajos (de 100.00 a 174.00 balboas) y menos en los más altos (de 2000.00 y 3000.00 y más) y, según la CEPAL (2012)84, las mujeres reciben el 89% del salario masculino85.
- Las mujeres panameñas reciben 62 centavos por cada dólar que reciben los hombres panameños por trabajo equivalente. En general, los hombres panameños devengan ingresos cerca del 50% mayores que las mujeres, sin tendencia de cambio en los últimos 12 años. La brecha de ingresos disminuye a medida que aumenta el nivel de estudios de las personas (alrededor del 60% al 40%). Sin embargo, la disminución parece detenerse al nivel de licenciatura: los posgrados, maestrías y doctorados no presentan mayor diferencia agregada en la disminución de la brecha.
3. Mujeres por categoría de trabajadoras
Los hombres y mujeres no están distribuidos equitativamente en las diferentes categorías de ocupación: las mujeres tienden a ser mayoría entre los trabajadores familiares; entre los empleados hay más hombres que mujeres (aproximadamente un 50% más); entre los trabajadores por cuenta propia, los hombres son aproximadamente el doble que las mujeres; entre los empleadores, los hombres son aproximadamente el triple que las mujeres.
IV. DIMENSIÓN ACCESO DE LAS MUJERES A RECURSOS
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 70% de las titulaciones agrícolas pertenecen a hombres. En el 2018, el 42% de las titulaciones de tierras fueron registradas a nombre de una mujer. Sin embargo notamos que el gasto promedio en dólares pagado por el nuevo propietario por dichas tierras es el doble para los hombres que para las mujeres.
En Panamá, al igual que en el resto de la región, las mujeres están sobrerrepresentadas con relación a los hombres en cuanto al acceso a microcréditos, según muestran las Instituciones de Microfinanzas (IMF).
El vínculo entre acceso al crédito y acceso a la vivienda queda representado por las hipotecas. Sin embargo, en ese sentido, los datos recogidos indican que las hipotecas en Panamá pertenecen ligeramente a más mujeres que hombres.
V. DIMENSIÓN AGENCIA DE LAS MUJERES
1. Participación política y posiciones de liderazgo
- La participación política de las mujeres en Panamá es alarmantemente baja. En los últimos años, se han presentado varias reformas y decretos que buscan impulsar la paridad de género en las postulaciones.
- Panamá ha tenido una sola presidente mujer, Mireya Moscoso, de 1999 a 2004. Sin embargo, no ha habido mujeres presidentes durante los 12 años a los que se refiere este estudio, factor que hizo que el país bajara su puesto en el ranking.
- Durante los últimos 12 años, el porcentaje de ministras mujeres en Panamá ha oscilado entre el 13% y el 30%, sin una clara tendencia hacia el incremento de la participación femenina.
- La participación de mujeres en el Órgano Legislativo panameño es baja, manteniéndose por debajo del 20%. Además, hay mayor representación entre cargos como suplente que como principal, hecho que denota una jerarquía de género.
- Entre el 2011 y el 2014, aproximadamente el 25% de la junta directiva del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) han sido mujeres, sin embargo, ninguna fue presidente. El CONEP informa que ha tenido cuatro mujeres presidentes en su historia: la primera en 1998, y dos de ellas desde el 2016.
- Las mujeres son casi inexistentes entre los líderes de organizaciones sindicales. De hecho, entre el 2011 y el 2013, ninguna de las centrales y confederaciones sindicales de Panamá tuvo una secretaria general.
VI. DIMENSIÓN OPORTUNIDAD Y CAPACIDAD
- La gran mayoría de la población panameña está alfabetizada, aunque hay una marcada diferencia entre las regiones indígenas y el resto del país, y los hombres panameños tienen un nivel de alfabetización ligeramente más alto que las mujeres. En las regiones indígenas hay una diferencia de aproximadamente 15 puntos porcentuales entre hombres y mujeres. Aún más, si observamos las tasas de alfabetización de mujeres indígenas y no indígenas observamos cómo la brecha étnica entre mujeres supera incluso la brecha de género (entre hombres y mujeres, indígenas o no indígenas), con una diferencia de 25 puntos porcentuales entre unas y otras.
- En promedio nacional, las mujeres tienen más años de estudio que los hombres. Sin embargo, en las regiones indígenas, los hombres tienen aproximadamente 1.5 años de educación más que las mujeres.
- La cobertura en preescolar y primaria mantiene paridad por sexo. En la educación secundaria y superior, la tasa de matriculación pasa a ser más alta para las mujeres que para los hombres.
- En general, la alta tasa de deserción afecta mucho más a los hombres que a las mujeres. La tasa de estudiantes embarazadas es también preocupante, y esta es el doble en las regiones indígenas. Aproximadamente 1 de cada 5 estudiantes mujeres que desertan la educación secundaria indican el embarazo, el matrimonio o la unión como la causa.
- La tasa de matriculación en educación terciaria es aproximadamente 50%. Alrededor de un 60% de los estudiantes universitarios son mujeres. Adicionalmente, las mujeres culminan los estudios a nivel de licenciatura en mayor proporción que los hombres, ya que aproximadamente el 65% de los graduados son mujeres. A nivel de estudios de posgrado, encontramos que entre la población con maestrías, la mayoría son mujeres (alrededor de un 60%), mientras que entre la población con doctorados, la mayoría son hombres (también alrededor de un 60%).
- En los programas de promoción de CTI también se observa que las niñas participan más que los niños en los programas de estudios más bajos, pero a medida que avanza la carrera académica y científica la tendencia se revierte y pasa a haber una ventaja por parte de los hombres (fenómeno conocido como “efecto tijera”). Encontramos que los niños participan más en las olimpiadas de matemáticas que las niñas. Más mujeres que hombres participan en el programa de jóvenes científicos (feria científica) y el programa para estudiantes con talento académico liderados por SENACYT.
- De las becas para estudiar doctorados, las beneficiarias de la mayor parte de las becas para estudiar dentro del país son mujeres, mientras que lo opuesto aplica a las becas para estudiar fuera del país. De las becas de estudio otorgadas por SENACYT, más hombres que mujeres han sido beneficiarios, aunque varía por nivel de estudio, siendo los hombres mayoría en carreras técnicas, postgrados, doctorados y postdoctorados; mientras que las mujeres alcanzan paridad en las licenciaturas y maestrías. Adicionalmente, la SENACYT ofrece un programa para apoyar la reinserción al país de exbecarios de doctorado del que se han beneficiado casi el doble de hombres que de mujeres.